Resulta que CAPIF, la cámara argentina de productores de la industria discográfica, inventó hace muchos, muchos años un premio a la musica producida en nuestro país y le puso de nombre “GARDEL”. “Premios Gardel”.
No fue, evidentemente, un nombre librado al azar.
Sin dudas Carlos Gardel es el mayor artista y referente indiscutido- de toda la historia de la música popular argentina a nivel mundial.
Gardel, el nombre “Gardel” excede los márgenes de la música, es una referencia de la cultura nuestra en cualquier plano internacional.
Solemos decir “sos Gardel” para ponderar a alguien en sus mayores logros con la adjetivación mejor calificada posible.
Bien.
Pero Gardel, ante todo, es sinónimo de TANGO. Nadie puede disociarlo del tango.

CAPIF, (quien se define a si misma como la “Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas” es la dueña de la industria de la musica argentina, ergo la dueña de la pelota.
Una elite conformada por los principales productores discograficos del país que entrega y organiza la ceremonia de los tan mentados “Premios Gardel” y… Ops! : la transmisión exclusiva de la ceremonia, adivinen quien la hace? “STAR +”, que es lo mismo que decir DISNEY!
Bien.
Entonces CAPIF para dicha ocasión gestiona dos eventos distintos.
✓ Uno, por un lado, el evento “mas importante”, el evento que es televisado.
Allí confluyen todos los y las artistas que a la industria le importan y le interesa mostrar y promocionar, y que son los que segun la logica del mercado, los artistas que “venden”.
✓ El otro es un espectáculo opaco, casi invisible y bastante menor, fuera del horario central, una ceremonia que se realiza a las 2 de la tarde, sin transmisión televisiva y en un lugar mucho más chico.
Entonces entre estos dos eventos CAPIF genera la mayor paradoja de la industria de la música argentina: todas las ternas en las que esta nominado el género TANGO (que no son muchas, eh! No se vayan a creer…)
Son solo un par, no forman parte de la ceremonia central, no son transmitidas en directo.
Si, el Premio se llamará Gardel y todo lo que quieran, pero de tango nada de nada.
El Tango no es prime time,
el tango no vende…
el tango no se muestra, no importa, pero de todas maneras el premio se llama y llamará GARDEL.
Al margen de esto, no puedo NO hacer mención a un hecho en particular, en esta entrega NO vista, en esta entrega NO televisada, o sea en la NO entrega, o en la entrega “NO IMPORTANTE”.
El “jurado de notables” (conformado en general por musicos que votan a sus amigos musicos, o que eligen a los pocos artistas que conocen, ya sea porque no salen de su propio nicho o por falta de conocimiento más allá de sus propias narices.
Un jurado compuesto ademas por periodistas “especializados” en anda a saber que… y que pretenden, en ese ” anda a saber que” seguir apelando al ultimo grito de la moda en materia vanguardia, por miedo a envejecer de golpe o por miedo a morir en la erudición de sus agrios conocimientos de antaño, y entonces votan mas por simpatía y por gusto personal que por un hecho de hacer justicia.
Y ni hablar de los productores de la industria, que siguen a pie juntillas aquello de que “el mejor artista es el artista que vende”, y entonces apuestan todas sus fichas a sus propios intereses en pugna, ya sea por conveniencia, por si te debo algun favor, y para poder asi ganar la carrera siguiente.
Lo que se televisa EXISTE. Todo lo demás NO.
Ahora, si, de soslayo le damos unos pocos premios a los outsiders de la industria, ergo a los que tocan, cantan o hacen TANGO.
Tango, la música de Carlos Gardel.
En esta nueva entrega NO vista, no televisada, no importante, de los Premios GARDEL,
las luminarias de CAPIF y su jurado se perdieron la posibilidad de reconocer al único disco que grabaron mis viejos en toda su vida, en mas de cincuenta años. Que tampoco es el disco de mis viejos, es el disco de dos artistas enormes: Susana Rinaldi y Osvaldo Piro. Punto.
No existió allí la posibilidad de reconocimiento a un hecho artistico irrepetible, ni tampoco la dimensión artística de ese trabajo exclusivo. Sopesó, más que nada, todo lo otro mencionado anteriormente.
Da vergüenza. Ajena, por supuesto. No solo del pan vive el hombre, ni del trap vivirá la industria de la musica. El tiempo y la historia pondrán a cada quien en su merecido lugar.
Texto de Alfredo Piro, cortesía de Textura de Arrabal
